Estar bien hidratados es fundamental. Nuestro cuerpo está formado en un 60% de agua y para que nuestro organismo funcione correctamente, y los procesos metabólicos que se producen en un medio acuoso puedan llevarse a cabo con normalidad, debemos ingerir una media de 2,5 litros de agua al día. En el caso de los bebés, su porcentaje de agua corporal es mayor, el 75%, por lo cual, mantener ese grado correcto de hidratación corporal se convierte todavía en algo más esencial, puesto que los lactantes tienen un mayor contenido corporal de agua por kilogramo de masa corporal y una mayor área de superficie por kilogramo de masa corporal.
Su sistema renal no funciona igual que el de los adultos y tiene una capacidad limitada de excretar los solutos. No es capaz de crear una orina concentrada, por lo que para eliminar la misma cantidad de impurezas, los lactantes necesitan evacuar más cantidad de orina y, por tanto, ingerir una mayor cantidad de agua para crearla. Las pérdidas por la orina suponen más del 40% de las pérdidas de agua.
Además, los recién nacidos tienen menos desarrollado los mecanismos de la sudoración, por lo que deben tomar más agua para que funcione más fácilmente. El agua actúa como termorregulador al absorber el calor y liberarlo por la piel. Las pérdidas de agua por la piel y los pulmones, son del orden del 40 %.
Los bebés tampoco son capaces de expresar su sed, o necesidad de beber, motivo por el cual, hay que estar ofreciéndoles a menudo agua, o el pecho, para evitar que se deshidraten. La prevención es el mejor tratamiento para la deshidratación. Una hidratación incorrecta está científicamente relacionada con alteraciones del metabolismo proteico y lipídico, el estreñimiento o algunas, enfermedades dentales, entre otras cosas. En este video, Jesús Román, nutricionista y Secretario General del Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS) te informa sobre cuáles son los riesgos de la deshidratación y cómo evitarlos
Hasta los 5 o 6 meses de edad, la leche materna o los preparados de leche para biberones, contienen las cantidades suficientes de agua que necesitan. La ingesta adecuada de agua se estima en torno a 0,7 litros/día. Pero, de los 6 a los 12 meses, la cantidad de agua necesaria se estima en 0,8 litros/día, por lo cual, a partir de esa edad, los pediatras aconsejan empezar a ofrecerles agua, entre toma y toma, sobre todo en las estaciones más calurosas, puesto que el agua es el mejor hidratante que existe.
Por qué con agua mineral
La EFSA (European Food Safety Authority) recomienda el agua como un nutriente esencial. El agua no sólo nos hidrata, por lo que elegir un agua de calidad y consumirla con frecuencia, nos asegura una correcta hidratación y fomenta en los niños un hábito saludable.
Por ello, el agua mineral es una bebida totalmente recomendada para nuestros bebés. Isidro Vitoria Miñana, pediatra y miembro del Comité Científico del Instituto de Investigación Agua y Salud, ha elaborado un informe científico en el cual destaca los beneficios de las aguas minerales naturales en la hidratación de los más pequeños.
Algunas de esas ventajas son que no necesitan nunca ser hervidas para preparar alimentos infantiles en el primer año de vida, ya que son puras en origen y su pureza se mantiene intacta una vez envasadas. No precisan, ni reciben, ningún tratamiento químico o microbiológico para su consumo. Son un producto alimentario natural con efectos saludables, ya que aportan minerales esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Tienen una composición constante que podemos comprobar leyendo sus etiquetas, por eso siempre sabemos que agua estamos dando a nuestro bebé y que componentes inalterables lleva. En España hay una variedad muy amplia de aguas minerales a nuestra disposición, que se adaptan a todas las necesidades, entre ellas, muchas indicadas específicamente para los niños por su mineralización débil.
Por todo esto, el agua embotellada es un producto seguro, saludable y conveniente, que debemos considerar imprescindible para el buen cuidado de nuestros pequeños. Así que ya sabes, mete en su bolsa un botellín de agua y no la olvides al salir de casa.