Según un estudio realizado por Ipsos Mori a instancias de TomTom, los niños españoles tardan 25 minutos de media en aburrirse viajando en coche. Para conseguir que viajar con ellos, sea lo más llevadero y seguro posible, hay que tener en cuenta una serie de consejos que nos ayudaran a tener un trayecto tranquilo y agradable.
Lo primero, antes de salir, planear con antelación la ruta a realizar, para que no haya sorpresas desagradables. No vaya a ser que nos perdamos y tardemos aún más, en llegar a nuestro destino. No siempre la ruta más corta es la mejor, pues tenemos que tener en cuenta, otros factores como la existencia de áreas de descanso donde poder parar. También es interesante y muy útil informarse sobre el estado de las carreteras.
Elegid para los niños una ropa cómoda, transpirable y flexible, que no les apriete, ni moleste, porque al estar tanto tiempo en el coche, cualquier cosa puede convertirse en un problema añadido y un nuevo motivo de queja. Conviene también que la ropa sea fácil de quitar y poner, y tener siempre a mano en una bolsa, por si acaso: una muda de recambio, toallitas y una toalla de mano. El viaje es largo y pueden manchase, mojarse con algún líquido, vomitar… También es importante incluir un minibotiquín con algún medicamento, paracetamol, tiritas, vendas, barrita antichichones, etc…
Hablando de bolsas, es necesario llevar también otra, con algo de avituallamiento, para picar durante el camino, o poder tomar un tentempié cuando hagamos una parada para estirar las piernas. Fruta, galletas, yogures o frutos secos, son una buena opción.
La importancia de la hidratación
Imprescindible llevar siempre botellas de agua mineral, puesto que es fundamental que los niños estén bien hidratados durante el viaje. El agua es un nutriente que juega un papel primordial en el crecimiento y desarrollo del niño. Ofréceles agua para beber a menudo, aunque ellos no te la pidan, los niños son más proclives a sufrir deshidratación. El agua contribuirá a que sus huesos y articulaciones se mantengan lubricados, y además, regulará su temperatura corporal. Hasta los 8 años de edad se recomienda un consumo medio de 1,8 litros de agua al día, tenedlo muy en cuenta.
También conviene que el conductor beba mucha agua, puesto que el agua activa el cerebro, manteniendo la eficiencia de los impulsos eléctricos y la química cerebral entre el cerebro y el sistema nervioso. Mejora la concentración y la coordinación mental y física, a la vez que ayuda a manejar situaciones estresantes.
Antes de iniciar el viaje, revisad los asientos de los niños, para aseguraros de que están bien anclados y que los cinturones funcionan bien. Comprobad también que no haya ningún objeto peligroso a su alcance. La seguridad en carretera es la máxima prioridad. Por supuesto, los niños jamás deben viajar sin sus sillas homologadas en perfecto estado.
Para que el trayecto no se les haga eterno a los niños, lo ideal es parar cada dos horas en un área de descanso, y si tiene columpios o una zona de juegos, mejor que mejor. Los niños correrán, respiraran aire puro y soltaran toda la adrenalina retenida.
Lo más importante es mantener a los niños distraídos, para que no caigan en el aburrimiento y empiecen con sus sainetes de “¿Falta mucho?” “¿Cuándo llegamos?” “Me aburro…» Hay muchas maneras de lograrlo: contando cuentos, poniendo música, cantando, con adivinanzas. También conviene llevar algún juguete y libros de cuentos, o para pintar. Si no, siempre podemos recurrir a la tecnología, las típicas consolas de juegos electrónicos o el DVD cargado de pelis y series infantiles, que los dejan absortos. Aunque sin abusar, naturalmente.
Y tú, ¿qué trucos utilizas para mantener entretenidos a tus hijos durante estos viajes? Anímate y mándanos algunas de tus ideas o si lo prefieres, ¡comparte con nosotros cualquier anécdota divertida que os haya sucedido realizando algún viaje!